SSE #242: Consumo de carbohidratos y ejecución de habilidades en el fútbol

Publicado

diciembre 2023

Autor

Ian Rollo Ph.D, Clyde Williams Ph.D.

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PUNTOS CLAVE

  • Tener habilidades es un requisito esencial para un buen desempeño en el fútbol.
  • La fatiga física y mental que experimentan los jugadores en deportes de equipo tiene un impacto negativo en la ejecución de las habilidades de los jugadores de fútbol.
  • Aumentar las reservas de glucógeno en los músculos y el hígado antes, así como la ingesta de carbohidratos durante los partidos, retrasa la aparición de la fatiga y ayuda a mantener la ejecución de habilidades específicas del fútbol.
  • El consumo de carbohidratos también puede contrarrestar las percepciones negativas y mejorar la concentración del jugador para ayudarle a mantener la ejecución de habilidades durante un entrenamiento o partido.

INTRODUCCIÓN
En el fútbol, habilidad es un término general que engloba no sólo el desempeño físico de un movimiento en particular sino también la compleja interacción de la capacidad cognitiva y técnica para responder a la multitud de escenarios que se presentan en cada partido. Si bien las habilidades técnicas pueden aprenderse hasta el punto de ser autónomas, la habilidad cognitiva de “leer el juego” es una que desarrollan los jugadores exitosos a lo largo de sus carreras deportivas.

En todos los niveles del fútbol, la calidad de la habilidad realizada probablemente esté influenciada por el volumen anterior de ejercicio completado (ataque y defensa) durante la duración de un partido. Por ejemplo, cuanto más alto es el ritmo de un juego, más pronto los jugadores comienzan a experimentar los efectos de la fatiga, tanto físicos (trotes, sprints y saltos) como mentales (concentración, toma de decisiones). Un aumento del 15% en la velocidad del partido a menudo genera estos efectos (Wallace y Norton, 2014). Tales observaciones resaltan las elevadas exigencias físicas y técnicas impuestas a los jugadores de fútbol profesional.

Si bien las métricas del equipo son enormemente informativas, el impacto del entrenamiento, la rehabilitación y la intervención nutricional en los jugadores se pueden comprender mejor evaluando sus habilidades individuales mediante pruebas objetivas. Por deseable que sea, sigue siendo un desafío diseñar e implementar pruebas de habilidad objetivas que reproduzcan las exigencias de un partido. Como resultado, algunos estudios han utilizado pruebas aisladas de habilidades futbolísticas, por ejemplo, malabarismo con el balón (Hoare & Warr, 2000), volea de pared (Vanderford et al., 2004), cabeceo (Rosch et al., 2000), tiro ( Ali & Williams, 2009: Haaland & Hoff, 2003), pases (Ali & Williams, 2009: Bendiksen et al., 2012: Rodriguez-Giustiniani et al., 2019: Rostgaard et a., 2008) y dribleo (regate) (Harper et al. ., 2017).

Los estudios de laboratorio proporcionan entornos controlados para investigar habilidades aisladas y, al mismo tiempo, simulan las demandas físicas del deporte. Por ejemplo, el protocolo de simulación de partidos de fútbol (SPF) incorpora habilidades específicas del fútbol para mejorar la validez ecológica de una evaluación simulada previamente validada que reproduce las demandas de energía de un partido (Nicholas et al., 2000: Russell et al., 2011). Sin embargo, si bien las pruebas objetivas de habilidad tienen muchas ventajas, no están exentas de limitaciones. Por ejemplo, la superficie de juego es una consideración importante en la validez ecológica de las pruebas de habilidad en el fútbol (Harper et al., 2017: Rodriguez-Giustiniani et al., 2019). Además, el calzado usado para diferentes superficies puede no ser adecuado para la habilidad que se evalúa, es decir, botas versus zapatillas (trainers) al evaluar la habilidad de tiro. Ali (2011) ha revisado las fortalezas y limitaciones de las pruebas de desempeño de habilidades en el fútbol.

INGESTA DE CARBOHIDRATOS Y HABILIDADES
Si bien la aplicación de estrategias nutricionales que retrasen la pérdida rápida de las reservas de glucógeno del cuerpo ayuda a los jugadores a mantener su ritmo de trabajo durante los partidos, la pregunta es si también ayuda a prevenir la pérdida de habilidades. Una respuesta simple sería que si los jugadores se cansan menos fácilmente, después de implementar una estrategia de consumo de carbohidratos, es probable que ejecuten mejor las habilidades necesarias en el juego. Desafortunadamente, hay muy pocas investigaciones para dar una respuesta definitiva a esta pregunta. Sin embargo, en un estudio se informó que cuando jugadores de fútbol profesionales masculinos ingirieron una bebida con un 7% de carbohidratos y electrolitos o un placebo antes (5 mL·kg de masa corporal-1 (MC)) y cada 15 minutos (2 mL·kg de MC-1) durante un partido de fútbol de 90 minutos en el campo y luego completaron una evaluación de cuatro habilidades (velocidad de dribleo, coordinación, precisión y potencia), hubo una mejora significativa en la velocidad y precisión del dribleo después del consumo de carbohidratos (Ostojic y Mazic, 2002). El tipo, el momento y la cantidad adecuados de carbohidratos que se deben consumir durante los deportes de equipo han dado lugar a recomendaciones probadas y comprobadas (Anderson et al., 2016; Burke et al., 2011; Collins et al., 2021; Funnell et al. , 2017; Harper et al., 2017; Moss et al., 2020; Rollo et al., 2021; Thomas et al., 2016) (Tabla 1).

En un estudio innovador sobre el impacto de la ingesta de carbohidratos en la habilidad, se realizaron pruebas en las extremidades dominantes y no dominantes de los jugadores. Utilizando un protocolo específico para el fútbol, se lograron puntuaciones de pase más altas tanto con los pies dominantes como con los no dominantes después de un régimen de ingesta de carbohidratos ecológicamente válido (30 g, antes y en el medio tiempo, en comparación con placebo mientras se bebía agua ad libitum) (Rodríguez- Giustiniani et al., 2019). Este efecto fue evidente en los últimos 30 min del protocolo de 90 min. Es importante destacar que se logró un mejor rendimiento sin pérdida de velocidad de pase, que se mantuvo mejor en el pie no dominante con la ingesta de carbohidratos. Esta observación es interesante porque es consistente con otros estudios en deportes como el tenis, donde los golpes no dominantes o con los lados más débiles (revés) responden positivamente a la ingesta de carbohidratos, especialmente cuando se está fatigado (McRae et al., 2012). La evaluación de acciones hábiles complejas en el lado no dominante puede requerir una mayor activación del sistema nervioso central (SNC) y por tanto ser más susceptible a la fatiga (Rodríguez-Giustiniani et al., 2019). Además, las acciones hábiles no dominantes pueden estar influenciadas más probablemente por el nivel de excitación del jugador (McMorris y Graydon, 1997). Por lo tanto, la evaluación de los lados no dominantes de los jugadores parece tener una mayor sensibilidad al consumo de carbohidratos, aunque es probable que el lado "no dominante" sea inferior en sus habilidades de desempeño.

INGESTA DE CARBOHIDRATOS Y FATIGA MENTAL
Un modelo reciente de fatiga inducida por tareas motoras o cognitivas propone que ningún factor es responsable de la disminución del rendimiento de las habilidades. En cambio, la fatiga se considera una condición psicofisiológica (Enoka et al., 2011). La fatiga motora y la fatiga percibida son interdependientes, pero obedecen a varios determinantes y dependen de factores moduladores como la edad, el sexo y las características específicas de las habilidades (Behrens et al., 2022). La fatiga mental se define como un estado psicobiológico que se desarrolla durante una actividad cognitiva exigente y prolongada y que resulta en una sensación aguda de cansancio y/o una disminución de la capacidad cognitiva, así como cambios de humor (Habay et al., 2021; Roelands et al., 2022). La fatiga mental ha sido reconocida como una consideración clave en los deportes de equipo, debido al impacto negativo asociado en el rendimiento físico, técnico, táctico y la toma de decisiones (Smith et al., 2018). Los factores que contribuyen a la fatiga mental en entornos deportivos de equipo incluyen, entre otros; demandas cognitivas prolongadas, reuniones de equipo, viajes e incapacidad para “desconectarse” (Thompson et al., 2020; 2022). Para enfatizar el impacto potencial en el rendimiento, en una revisión (n=92) se encontró que la fatiga mental tiene una influencia negativa en el 37% de las habilidades específicas del fútbol (Habay et al., 2021).

Se recomienda monitorear la fatiga mental en los deportes de equipo para proporcionar un indicador de cómo los jugadores enfrentan las demandas de la competencia o el entrenamiento (Thompson et al., 2019). También se recomiendan estrategias para ayudar a evitar la fatiga mental, como limitar los desplazamientos, cambios en las rutinas y el entorno de entrenamiento y, por supuesto, un descanso y recuperación adecuados. Aumentar los carbohidratos en la dieta y al mismo tiempo mejorar la capacidad de ejercicio tanto en el entrenamiento como en la competencia también pueden contrarrestar la fatiga mental y cambiar el estado de ánimo (Achten et al., 1994; Killer et al., 2017). Si los jugadores se sienten bien en lugar de mal (placer-malestar) y llenos de energía (es decir, en estado de activación) antes y durante los partidos, entonces es más probable que se desempeñen mejor (Acevedo et al., 1996; McMorris y Graydon, 1997). Backhouse y colegas informaron que la ingesta de carbohidratos elevó la activación percibida durante los últimos 30 minutos de un ejercicio de carrera intermitente de 120 minutos (Backhouse et al., 2007), y también atenuó la disminución del placer-malestar durante una sesión de ciclismo de 120 minutos (Backhouse et al., 2005). La administración de una escala de sensaciones (ES) y una escala de percepción del esfuerzo (EPE) permite medir no sólo “qué” (EPE) sino también “cómo” (ES) se siente una persona (Hardy y Rejeski, 1989), pero rara vez se administra durante estudios de habilidades o en entornos aplicados al fútbol.

En una revisión reciente se identificó que enjuagarse la boca y escupir una bebida con carbohidratos es una estrategia posible para evitar la fatiga mental (Proost et al., 2022). El reconocimiento de carbohidratos en la boca, cuando se administran inmediatamente después de una tarea mentalmente fatigante, se relacionó con una mayor excitabilidad de las vías corticomotoras (Bailey et al., 2021; Gant et al., 2010). Además, parece haber un vínculo directo entre las mejoras en la actividad específica de la tarea y la activación dentro de la corteza sensoriomotora primaria en respuesta a la señalización de carbohidratos orales (Turner et al., 2014). Estos resultados contribuyen a una posible explicación de la mejora del rendimiento en respuesta al enjuague bucal con una bebida con carbohidratos (ver Rollo y Williams, 2011).

Estas respuestas al consumo de carbohidratos pueden no ser sorprendentes teniendo en cuenta que la glucosa es el principal combustible para el cerebro y el sistema nervioso central (SNC) (Mergenthaler et al., 2013). El funcionamiento óptimo del cerebro y del SNC requiere que se mantenga la homeostasis de la glucosa durante una amplia gama de condiciones. Si la glucosa en sangre cae a concentraciones hipoglucemiantes, entonces el impulso neural hacia los músculos esqueléticos se verá comprometido, aunque la función se restablece después de la ingesta de carbohidratos (Nybo, 2003). Durante el ejercicio, la tasa de liberación de glucosa del hígado a la sangre aumenta para igualar la absorción de glucosa por parte del músculo en contracción (Wasserman, 2009). En la mayoría de los deportes de equipo, las concentraciones de glucosa en sangre se mantienen bien durante la competencia (~80-90 min) y el tiempo extra (120 min en fútbol) en individuos bien alimentados (Harper et al., 2016). Sin embargo, la ingesta de carbohidratos al inicio del ejercicio es una estrategia eficaz no sólo para recargar las reservas de glucógeno en el hígado y los músculos, sino también para inhibir temporalmente la liberación de glucosa hepática de una manera dependiente de la dosis, conservando así las reservas de glucógeno en el hígado (Jeukendrup et al., 1999). El consumo de carbohidratos, como medio para preservar la reserva finita de glucógeno hepático, mantendrá las concentraciones de glucosa en sangre y el rendimiento al final del ejercicio. Esta estrategia es particularmente beneficiosa cuando los partidos de fútbol llegan a la prórroga, lo que se está convirtiendo en algo común en las competiciones de copas internacionales importantes (Field et al., 2022; Mohr et al., 2023).

Es interesante la observación de que las concentraciones elevadas de glucosa en sangre se asocian con un mejor rendimiento de habilidades en comparación con la euglucemia (Ali & Williams, 2009; Ali et al., 2007; Harper et al., 2017; Rodriguez-Giustiniani et al., 2019). No parece haber una explicación inmediata para esta observación, aparte de que la glucosa es un combustible para el cerebro (López-Gambero et al., 2019; van Praag et al., 2014). El cerebro es sensible a los cambios en la glucosa en sangre y, por lo tanto, la tasa de cambio puede actuar para monitorear la disponibilidad de reservas de carbohidratos en todo el cuerpo.

RESUMEN Y APLICACIONES PRÁCTICAS
Los jugadores de fútbol experimentan, en diferentes grados, fatiga física y mental que puede impactar negativamente el desempeño de habilidades deportivas específicas. La Figura 1 resume la compleja serie de eventos entre el cerebro y el músculo esquelético que interactúan para minimizar el impacto de la fatiga física y mental en el desempeño de las habilidades durante el ejercicio, luego de la alimentación con carbohidratos. Es importante señalar que las recomendaciones sobre la ingesta de carbohidratos se pueden lograr a través de varias fuentes (Tabla 1). Se debe alentar a los jugadores a consumir diferentes alimentos para alcanzar los objetivos diarios de carbohidratos, mientras logran otros objetivos nutricionales importantes relacionados con las proteínas, la hidratación y las grasas. Cerca del ejercicio, la ingesta de 30 g de carbohidratos se puede lograr consumiendo uno o varios alimentos, mezclados y combinados según las preferencias de los jugadores (Tabla 2).



Los autores reconocen y agradecen a todos los colegas y colaboradores previos y actuales. Ian Rollo es empleado del Gatorade Sports Science Institute, una división de PepsiCo, Inc. Las opiniones expresadas en este manuscrito son de los autores y no reflejan necesariamente la posición o política de PepsiCo Inc.

 

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TRADUCCIÓN
Este artículo ha sido traducido y adaptado de: Ian Rollo and Clyde Williams. CARBOHYDRATE NUTRITION AND SKILL PERFORMANCE IN SOCCER. Sports Science Exchange, Vol. 36, No. 242, 1-6, 2023. por el M.Sc. Pedro Reinaldo García.

Sports Science Exchange (2023) Vol. 36, No. 242, 1-6
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