RESUMEN
Estos dos estudios investigaron el impacto de la aceptabilidad de las bebidas en el consumo voluntario de líquido durante el ejercicio y el impacto subsecuente del ejercicio en la percepción y vinculación con las bebidas. En el experimento 1, 49 triatletas y corredores probaron en primer lugar una gama de 10 sabores disponibles comercialmente de una bebida con 6% de carbohidratos–electrolitos (CE) y agua (W) con el objeto de determinar el sabor más aceptable (M) y el sabor menos aceptable (L) para cada sujeto. Posteriormente, se dio a los sujetos M, L, o W ad libitum (a libre demanda) durante 180 min de ejercicio. La aceptabilidad de la bebida fue nuevamente medida después de 90 y 180 min de ejercicio. Se midió el consumo de líquido en intervalos de 15-min. El consumo de M fue significativamente mayor que L y W durante los primeros 75 min y significativamente mayor que W durante todo el periodo de ejercicio. En el experimento 2, se dio a los sujetos dos bebidas simultáneamente M + W, o L + W, en dos botellas separadas. El consumo voluntario de M y L excedió a W en un 318% y 233%, respectivamente. Un descubrimiento inesperado fue la fuerte interacción entre la aceptabilidad de la bebida y el estado del ejercicio. La aceptabilidad de L se incrementó sustancialmente de la condición sedentaria a la condición de ejercicio. Estos datos demostraron que las bebidas saborizadas, endulzadas, empleadas en este estudio, incrementaron sustancialmente el consumo voluntario de líquidos sobre el agua.
Appetite. 35(3):219-29.