Aunque la función del sueño no se entiende por completo, generalmente se acepta que sirve para recuperarse de períodos previos de vigilia o como preparación para el funcionamiento durante el próximo período despiertos. Así, la historia reciente de sueño de un individuo tiene un impacto importante en su funcionamiento durante el día. Se ha demostrado que reducir el sueño a menos de 6 horas por noche durante 4 ó mas noches consecutivas afecta el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo (Belenky et al., 2003), produce trastornos en el metabolismo de la glucosa (Spiegel et al., 1999), en la regulación del apetito (Spiegel et al., 2004), y en la función inmune (Krueger et al., 2011).